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Cachorros, café y chocolate: cómo fijar un hábito de aprendizaje permanente

No hay dudas. Vas a necesitar nuevas habilidades para tener éxito en el entorno laboral del futuro. Según el Foro Económico Mundial, la mitad de los trabajadores necesitará reskilling en los próximos tres años. Aunque parezca que el futuro está lejos, ya está aquí y se manifiesta de muchas maneras.

En la vida diaria, existen varios ejemplos de automatización e inteligencia artificial. Por ejemplo, cuando Alexa lee las noticias mientras te preparas para ir a trabajar, o cuando la función de Autocompletar de Google te ayuda con los correos electrónicos. Tal vez hayas interactuado con un bot de chat de servicio al cliente.

¿Qué significa esto para nuestra carrera profesional? Según McKinsey, hasta el 45 % de las actividades que realizan las personas y por las que se les paga, podrían automatizarse con la tecnología moderna; esas actividades representan casi USD 2 mil millones en salarios anuales. Esto significa que ya podrías automatizar tus tareas de rutina y dedicar más tiempo al uso de habilidades como la inteligencia emocional, la solución de problemas y el pensamiento crítico.

Conviértete en un animal de costumbres

¿Qué significan estos números cuando se aplican a tu trabajo? Es probable que las habilidades que usas actualmente sean distintas de las que se requerían hace un año. La tecnología es solo uno de los tantos motores que impulsan el cambio, si sumamos el avance de la globalización, la interconexión y los cambios demográficos en el entorno laboral, nos daremos cuenta de que estos cambios exigen nuevas habilidades. Para asegurarnos de contar con las herramientas necesarias para los trabajos del futuro, debemos convertirnos en aprendices permanentes; para ello, debemos actualizar continuamente nuestras habilidades y aptitudes para anticiparnos a las transformaciones. 

Para hacer que el aprendizaje continuo forme parte de tu rutina diaria, comienza a crear un hábito de aprendizaje. Cuando fijamos un hábito, ese comportamiento se vuelve automático y aumentamos las probabilidades de realizar esa actividad todos los días. ¿Cuántas veces te propusiste hacer más ejercicio o limpiarte los dientes con hilo dental y fallaste? A menos que estas actividades de conviertan en hábitos, es difícil adoptar nuevas conductas. La buena noticia es que nuestras vidas están llenas de hábitos, tanto positivos como negativos. Al cerebro le gustan los hábitos porque nos permiten ahorrar energía al usar menos el pensamiento consciente. 

Tres pasos para crear hábitos de aprendizaje

Los investigadores estiman que entre el 40 y 50 % de las actividades diarias son hábitos, desde cepillarse los dientes hasta ordenar el almuerzo o comer una botana durante la tarde. Los hábitos pueden ser aliados eficaces para lograr nuestras metas si sabemos aprovecharlos. Estamos aquí para enseñarte a lograrlo.  

Paso 1: Utiliza el ciclo del hábito

Para crear un nuevo hábito, es importante que entiendas el ciclo del hábito. Comienza con un estímulo y continúa con el deseo de obtener una recompensa. Esto le ordena al cerebro que realice el comportamiento o hábito. Cuando obtienes una recompensa como parte de tu ciclo del hábito, el cerebro comienza a desear esa actividad. Para ayudarte a entender mejor, piensa en el proceso de entrenamiento de un cachorro. Ofrecerle una golosina a un cachorro es una forma segura de atraer toda su atención. Cuando el animal se sienta y, en consecuencia, recibe la golosina, comienza a conectar ambas conductas por costumbre. Con el tiempo, el cachorro comenzará a sentarse aun cuando no tengas ninguna golosina para ofrecerle (la mayoría de las veces). Este es un ejemplo de cómo observar el ciclo del hábito en acción.

En la medida en que fijes cualquier hábito de aprendizaje, es importante que te concedas una recompensa, que podría ser algo tan sencillo como un trozo de chocolate o tomarte un breve descanso para conversar con un compañero de trabajo. Lo importante no es la forma en que te concedas la recompensa, sino el que te des tiempo para un refuerzo positivo, independientemente de lo que eso signifique para ti. Una vez que hayas fijado ese hábito correctamente, ya no necesitarás ninguna golosina; la recompensa será el aprendizaje. 

Paso 2: Identifica un hábito preexistente

Un truco más es incorporar tu hábito de aprendizaje en otro comportamiento habitual. Por ejemplo, supongamos que comienzas tu día con una tasa de café mientras revisas tu correo electrónico. En lugar de revisar el correo electrónico, tómate 10 minutos para aprender. Puede ser algo tan sencillo como leer un artículo, pero no te limites a leer solamente contenido relacionado con el trabajo. Empieza a investigar acerca de nuevos temas sobre los que te gustaría aprender en tu vida personal, ya que, al principio, será más atractivo para ti. 

Durante el aprendizaje diario, el cerebro adquirirá una experiencia positiva que mejorará tus hábitos de aprendizaje. Es posible que encuentres una conexión con tu trabajo que no habías anticipado anteriormente. Por ejemplo, leer ficción aumenta tu empatía, que es un componente importante de la inteligencia emocional. 

Ahora volvamos a esa tasa de café. Todos sabemos lo fuerte que es el hábito de tomar café; si conviertes el hábito de tomar café en tu detonante, estarás usando ese hábito para crear uno nuevo. 

Paso 3: Crea un rastreador de hábitos

La última recomendación para crear un hábito con éxito es que uses un rastreador de hábitos. Para quienes están enfocados en un objetivo, la posibilidad de ver su progreso es una herramienta eficaz y una manera útil de ser más responsable. Creamos uno para ti en este enlace. No olvides realizar un seguimiento de tu aprendizaje en Degreed con el botón Degreed. Este es un modo práctico de generar una constancia de estudios para compartir con tu gerente en tu próxima revisión de desempeño individual. Al demostrar tu iniciativa de upskilling a un gerente, puedes obtener una recompensa mucho más grande que un chocolate o un café.